martes, 29 de diciembre de 2015

Divinidades.

Suscribo tus palabras como un credo en el que dejo la cordura y parte de la vida, pero es que no puedo entenderlo de otra forma. 

No puedo implorar a los dioses que el cielo comience a manar sangre en vez de lluvia. 

No puedo pretender embotellar la tramontana para bebérmela en mi ansiedad. 

No puedo hacer que crezcan flores de cerezo en los pinos ni que los crisantemos huelan a rosas.

No puedo pedir que los perros vuelen, que las avestruces naden y que los tiburones pasten en los prados.

No puedo conseguir que nieven granos de café.

Solamente puedo aceptar la naturaleza de las cosas, saber que nada va a cambiar aunque la muerte me lleve. 

Saber que siempre seré minúscula en tus ojos y un juguete en tus rodillas.

Quiero dejarlo todo como está, 
protegiéndome.

Por eso creo.

sábado, 28 de noviembre de 2015

Perdido.

Existe un vacío del que no eres consciente.

He estado rogando por señales,
profetas,
gritos
y me ha vencido la noche.

Puedo entender que has librado una lucha interna,
que has hecho tu parte y que ya no hay nada en el tintero.

Sin embargo yo estoy aquí.
Invisible.
Sola.
Agónica.

Intento abrirme paso en tu espiral autodestructiva y lo único que consigo es perderme,
más todavía,
intentando entender la maraña de gestos y palabras que son tu existencia misma.

Estás siempre.
O desapareces.
No puedo lidiar con esa naturaleza.

martes, 29 de septiembre de 2015

Sinergias.

Condenados a perseguir un último vestigio de culpa, un algoritmo de necesidades infundadas sin ningún tipo de control interno, nos precipitamos hacia una única idea.

La liberación.
La muerte.

Nos obliga a romper con la vida, a subyugarnos al delirio de un preso que nunca ha sido tal: Ha elegido su destino.

Puede que fuera, en el campo, podamos correr hasta fundir los metatarsos con la tierra.
Que nuestra sangre riegue las flores que mañana llevaremos a los difuntos.
Que vida y muerte se unan en un cementerio de intenciones nunca desveladas y así poder, finalmente, escapar de la desdicha.

Pero hoy toca enterrarse en subastas de sentimientos mal pagados con un agradecimiento tan inherente como inexistente. Gritar con júbilo que viva la desgracia y luchar contra una causa perdida.

Las personas sí que cambian.
Dejan su condición humana para convertirse en cadáver.

Por eso confío.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Morgue.

Tengo frío.

El típico frío de otoño, sin esa transición de temperaturas.
Tengo frío en los pies y en las orejas.
Frío físico.

Pero también tengo frío en el corazón y en la cabeza.
Tengo frío en el alma porque ayer me he dado cuenta de que cada día estoy más cerca del punto de quiebra.

Me voy a dar un gran golpe.

Me va a hacer daño.

Me voy a helar.

Y conmigo en ese día llegará la ultima glaciación.

martes, 1 de septiembre de 2015

Tinción.

Puede que no sea la más bonita, la más delgada, la más importante o la más adulta. No soy la más alegre, ni la más tranquila; me agobio, me estreso, tengo ataques de ansiedad y lloro.

Quizás sea una más.
O una menos.

Un nombre en una lista.

Caeré, porque ya he caído y he vuelto a levantarme sólo para tropezar contigo.

Puede que sea poca cosa, una niña caprichosa, una mocosa. Que para mi las tonterías no sean tal y me produzcan insomnio; que sea pesada y aburrida.

Me muerdo las uñas y mi pelo es un desastre. Como mi vida.
Un caos fortuito.

No me quiero porque no sé quererme. Nadie me ha enseñado como hacerlo.
No me gusto porque nunca le he parecido guapa a nadie. Y tampoco sé como gustarme.

Soy un cubo de Rubik al que cada día juegas, colocando color por color,
con calma,
contemplando la obra,
asegurándote de que todo está en su sitio.

No te entiendo.
No entiendo como puedes ver tantas cosas buenas en mi.
Como puedes verme y sonreír cada día.
Y besarme.
Y abrazarme.
Y decirme que me quieres.
Y recordarme lo pequeña que soy.

Porque lo soy.
Pero es que tú me vienes grande.

martes, 18 de agosto de 2015

Showbiz.

La teoría subyace bajo la práctica.
Supongamos que lo evidente no lo es tanto y que lo obvio no existe.
Preguntas recorren los millones de kilómetros de la red neuronal.

Preguntas.
¿Por qué no preguntas?

Intentando abrir la boca para verbalizarlas se transforman en esquirlas,
se clavan en la laringe y jamás escapan.
Es ahí, de nuevo, cuando empiezo a sangrar.
Y en la agonía de secarme, de dejarme, de querer irme,
morir,
aparece ella y me perfunde.


La práctica supera siempre a la teoría.
Me imagino dolor, caos, el mundo desmoronándose
y resulta que todo ese ruido, todo, era porque se estaba construyendo algo.

La calma.

Hablar no siempre implica fonemas.
Yo prefiero las letras, así empezó todo.

Con letras y con Showbiz.
Y él, también perfundiendo.




viernes, 7 de agosto de 2015

Manías.

Hoy he visto caer nieve del sol. Me he despertado y no recordaba haber dormido. Me han sangrado los pies por tan solo sostenerme.

Sin haber dejado de sangrar
he perdido ambos ventrículos.

La ausencia ha dolido como una sepsis generalizada. He llorado la falta y la presencia, con las mejillas en carne viva y emitiendo gritos cuarteados.

Hasta el día en que me falte.

miércoles, 29 de julio de 2015

Lecter.

Reías pensando que de verdad lo habías conseguido, que la justicia divina en la que no creías había obrado un milagro, que la causa se santificaría y todos tus pecados serían al fin redimidos.

Un elefante en una cacharrería.
Un cadáver en la morgue.

Ahora te veo naufragar en ese mar que tiene más duda que incertidumbre.
Las mentiras forman un remolino y te engullen. Las olas de tu propia vanidad te sepultan y yo, con los pies descalzos en la orilla, te oigo gritar auxilio mientras te ahogas.

Pienso en ti, cada día desde tu muerte. Desde el día en el que te maté. Y hago bizcochos en tu honor. Rectifico la receta en el último momento porque el jengibre no queda bien con tu ausencia.

Y porque nunca me ha entusiasmado.

(Tu presencia. Ni el jengibre).

jueves, 16 de julio de 2015

Camisas.

No voy a matarte.

Seguiré aletargada, moviendo las manos al ritmo de alguna canción mientras siento tus labios contra mi nuca, tus brazos rodeándome en un gesto con más amor que lujuria y tu aliento en mi espalda.

Dejaré de llorar, lo prometo, porque sólo mereces sonrisas después de todo el bien que me haces, después incluso de las contradicciones y las ilusiones.

Correré por el fuego, otra vez.
De hecho ya ha empezado la carrera.
Siento la meta, aunque sea incapaz de discernirla, ahí está, esperándome en alguna parte para ahogarme y hacerme arder por última vez.

No voy a matarte porque quiero que veas, que sientas, que disfrutes y que huelas todo lo que va a pasarme; que cada vez que derrame una gota de sangre, tu lengua, siempre fiel, me limpie y trace vida donde la muerte se cierne. Que los gritos que ahogo sobre tu pecho sean el toque de queda para todo mi sistema mitocondrial y me apague.

No voy a matarte porque no quiero que te pierdas ni un solo segundo de cómo me matas.

miércoles, 24 de junio de 2015

Tuc.

El problema es mi cabeza, que se niega a confiar con todo lo que ve.
Duele porque no sé que haces.
Y estuve ahí una vez.

El problema es mi corazón, que se emociona aunque le engañes.
Duele porque no sé si solo soy yo.
Y estuve ahí dos veces.

El problema soy yo, que soy idiota y siempre caigo.
Duele porque no sé si es cierto.
Y ahí,
ahí, estuve tres veces.
Pero ni una más.

jueves, 11 de junio de 2015

Rigor.

Los muertos te sonríen mientras danzas ligera.
Infinita.
Cae la lluvia y el barro sepulta a los impíos que te observan arder.
Las flores lloran y los árboles gritan.
Y tú te carcajeas.
Eres la única que puede salvarnos.

Pero no lo harás.

domingo, 24 de mayo de 2015

Opio.

¿Hueles ya la tormenta?
He hundido tres puñales mientras esperaba la fuga. La nieve cuajaba y yo, helándome las rodillas, no quise escapar.
Esperé por órdenes que jamás llegaron; instrucciones que nunca se dieron para -por fin- ser estable.
Racional.
No debería haber respondido antes de que acabase.
No debería haber bebido el elixir que me proporcionó.
Pienso que me voy sin llevarme nada.
Ahora todo es hielo.

Pero el hielo es agua también.

miércoles, 22 de abril de 2015

Adiós.

Nada se escucha. Nadie queda entre los escombros.
Intentamos reconstruir la ciudad desde los cimientos y solo hemos conseguido desierto.
Busco agua, aire, ruido. 
Nada. 
Pienso en ti como si realmente te hubiera conocido en algún momento. 
Y hablando de realidad ¿Ha sido real? ¿Has sido real? Tus palabras se perdieron entre el humo del incendio y no puedo discernirlas.
Creo que mentías, que lo que me escribiste por última vez lo decías para curar tu corazón maltrecho porque albergabas una última esperanza de que siguieras existiendo para mi, que volviera a suturarte mientras yo seguía, agónica, desangrándome. Y existías, pero no de una manera que te agradase.
Egoísmo.
No voy a sentirme culpable del exterminio cuando el causante has sido tú, que venías detrás de mi echando combustible a los rescoldos que yo recogía. Tú, que volvías a romper cada ente que arreglaba. Tú, que en mis caídas me recogías para aprovecharte, para poder tirarme de nuevo por un precipicio mayor.
Por ti grité. Por ti lloré. Por ti sangré. Por ti morí. 
Ninguno de los dos va a poder borrarlo.
Te agradezco el tiempo, las verdades. Pero por encima de cualquier cosa, te agradezco las mentiras.




domingo, 19 de abril de 2015

Doble o nada.

Me tapo para esconderme y me olvido.

1."Acción u omisión que provoca un sentimiento de responsabilidad por un daño causado".

No pienso. No debo pensar. No quiero. Pero pienso.

2."Valor, interés o influencia de algo o alguien".

No va a ocurrir de nuevo.

3."Ocuparse de algo o alguien que requiere de algún tipo de atención o asistencia, estando pendiente de sus necesidades y proporcionándole lo necesario para que esté bien o esté en buen estado".
 
Hago café y me dispongo a la espera.

4. "Estado de desasosiego, inquietud o temor producido ante una situación difícil, un problema, etc."

 Noche.

5. "Estado de ánimo o disposición emocional hacia una cosa, un hecho o una persona".


 

 

martes, 14 de abril de 2015

14410

Todo está decrépito.
La madera se sigue pudriendo y la hierba ya se ha secado.
Nada queda del lugar que solía ser cuando estabas tú. El verde ni siquiera es capaz de serlo y el agua que lleva el río está tan turbia que no se ven los peces (si es que no se han ido también).
Las piedras que solíamos tirar al río ya no existen. La brisa que nos acompañaba se ha convertido en ventisca y me azota la piel.
No he podido volver a sentarme en el embarcadero porque cuando desapareciste te llevaste la vida de ese lugar, nuestro lugar. Siempre te recordaré ahí.
Guárdame un sitio a tu lado para que puedas volver a salpicarme los pies.
Cuando vuelvas a abrazarme ya no podrás dejarme de nuevo.

"Fue tan largo el duelo que al final casi lo confundo con mi hogar" 

miércoles, 8 de abril de 2015

Somebody that I used to love.

Ojalá hubieras sido el hombre más importante de mi vida.

A veces te veo en sueños. Te escucho susurrarme al oído. Hasta puedo sentir tus manos sobre mi. 
Tengo miedo de que cuando abra los ojos estés de nuevo a mi lado, que aparezcas de la misma manera en la que dejaste de quererme, sin avisar, porque ya no te ofrecía oficio ni beneficio. 
Tengo miedo a pensarte estando con él. Ahora es él pero pudo haber sido otro antes. Pudo haber sido cualquiera. Pero ahora es él.
Te has convertido en el espejismo que en realidad siempre fuiste.

Estar sin estar.
Querer sin querer.
Poder sin poder.

Todavía duele porque he vuelto a soñar contigo -si se le puede llamar soñar-. 
Me ha parecido olerte y mi cuerpo ha reaccionado como siempre hacía cada vez que llegabas: Temblando e hiperventilando. 
He notado que me acariciaban la espalda y entonces he sabido que no eras tú.
Definitivamente no podrías serlo. 
La ternura del gesto no llevaba tu nombre.
Me he calmado, he abierto los ojos y le he abrazado. Y me he olvidado de ti.

Ojalá hubieras sido el hombre más importante de mi vida.



lunes, 9 de marzo de 2015

Cromatismo.

Me tocan con sus palabras. Caricias como solo dan las flores.
Estiro los dedos e intento alcanzarlas,
agarrar mi vida en sus brazos.

Me acunan en una danza de infinita ternura mientras bailan como solo las diosas saben hacerlo.
Porque ellas son diosas.
Clio y Euterpe.
Juanas, cada una a su modo.

Estrellas fugaces a las que ruegas, pides y te encomiendas,
que pacifican,
que condensan emociones hasta hacerlas densas, tangibles,
casi puedo rozarlas con los labios.

Llamadlas histriónicas,
vosotros, precisamente.

Pero ellas son la cura.



miércoles, 25 de febrero de 2015

Bosque.

Huye. Desiste. Escapa.
Cada palabra afila la katana para tu hara-kiri.
Hazlo sin pensar.
La guerra está perdida porque el rival se ha rendido.
No puedes dejar que te arrastre,
te mereces la victoria tras haberte dejado la cordura batallando.
Ven a mi,
te acojo en mis brazos para cantarte al oído en francés.
Siempre en francés.
Para susurrarte que todo pasa,
que llegará un momento que las heridas se cierren
y dejen de doler.
El sol seguirá brillando cada mañana
solo porque tú existes.
Me quedaré ciega viéndote sonreír porque mi cerebro no podrá procesar tanta belleza.
Te cubriré de flores. De oro y luz.
Te diré que te quiero
porque imposible sería no hacerlo.
Intentaré, aunque lejos,
darte todo el amor que tu le proporcionas al universo.
Porque sin ti el mundo es nefasto.
Porque contigo la vida es un poco mejor.

sábado, 31 de enero de 2015

Queroseno.

Arde y observo.
El fin se había escrito antes incluso que la propia historia.
Bebo un sorbo.
Los destellos cobrizos inundan la noche.
Los chasquidos de las llamas me relajan después del suceso.
Cierro los ojos y noto el calor.
Llevo la copa a mis labios y bebo de nuevo.
Todo ha acabado, he cumplido.
La columna de humo está haciendo llorar al cielo.
La lluvia cae sobre mi, sobre la copa, lo empapa todo.
Le he puesto fin. He sido yo quien lo ha terminado.
Nada va a volver, es difícil creérselo.
Pero sigo aquí, con el recuerdo en mi piel.
Él me está esperando.
Rompo la copa en el suelo al dejarla caer.
No le gusta que llegue tarde.
¿Cuánto tiempo aguantaré hasta que me hable?
Giro en la siguiente intersección y echo a correr sobre el asfalto.
Dientes y lenguas ocupan mis pensamientos.
Otra vez. Y otra. Y otra.
Esto, al contrario, no va a tener final.

jueves, 8 de enero de 2015

Nicotina.

La pureza del acto más desinteresado nos ha llevado a ser aves.
La cosmogonía no nos supone ninguna tara, todo es nuestro. Nos pertenece por ser incandescentes.
Y aunque tu piel sea de agua, no por eso nos consumimos.
Gira el timón, encalla en ese muro de silencio donde varan las preguntas que no quieren ser pronunciadas.
Ellas mismas temen la respuesta. O puede que todavía no llegaran a su puerto.
El aire salado cuartea mis labios.
Saben. Secan. Sangran.
Jamás pisaremos la orilla.
Jamás volveremos a ver el sol.
No hagas más que cuidar de mi boca.
Y abrázame. Sobre todo abrázame fuerte.
Y si me ahogo, que seas tú y no el mar quien me lleve.



miércoles, 7 de enero de 2015

Trufas.

Luchamos la batalla más ardua de la historia.
Sangrienta. Encarnizada,
llena de vísceras quemadas por esa hoguera que tiene adrenalina por combustible.
No te mentiré, he venido a entregarme.
No desfalleceré hasta que mi boca pruebe la tierra.
Estoy dispuesta a morir por la causa.
Aprovechando el derramamiento, bebemos por los caídos.
Nos bebemos.
La mascarada hace aparición portando antorchas de cristal.
Vuélvete. Mírame.
Quiero ver tus ojos antes de caer,
que el terremoto de tus latidos sea el epicentro de mi guerra.
Metal en la espalda.
Piel, músculo, hueso y corazón.
Me miras y sonrío mientras caes también.
Al infierno nos acompañan los inocentes.