domingo, 24 de mayo de 2015

Opio.

¿Hueles ya la tormenta?
He hundido tres puñales mientras esperaba la fuga. La nieve cuajaba y yo, helándome las rodillas, no quise escapar.
Esperé por órdenes que jamás llegaron; instrucciones que nunca se dieron para -por fin- ser estable.
Racional.
No debería haber respondido antes de que acabase.
No debería haber bebido el elixir que me proporcionó.
Pienso que me voy sin llevarme nada.
Ahora todo es hielo.

Pero el hielo es agua también.