Olvidemos que hemos estado solos
todo este tiempo,
que cuando nos conocimos por
primera vez
ya nos conocíamos de toda la
vida.
y que a medida que el tiempo iba
pasando nos convertimos en extraños.
Que ahora somos desconocidos.
Se me olvida que no me quieres
Te siento respirar. Mucho más
allá de inhalar.
Siento tu pecho moverse bajo mi
mejilla,
tu aliento en mi pelo y siento
que este es mi sitio favorito,
mi lugar seguro.
sobre todo cuando es viernes
Cuando veo a través de ti, todo
tiene el color de tus ojos.
sobre todo cuando es viernes
Embarcamos en la expedición
remando a contracorriente
mientras tú te dejas llevar por
el caudal para llegar a las montañas
y perderte entre las cuevas.
Yo prometí que llegaría al final
pero estoy varada en un sendero
y nadie puede oírme.
No respondas mis mensajes,
Tengo planeadas todas las
palabras,
todas las conversaciones que
tendremos, todas las respuestas posibles a todas las preguntas formuladas –o
no–,
todo lo que mi cabeza quiere
decir y todo lo que mi boca acaba diciendo.
Todo lo que tengo dentro se acaba
filtrando para no hacerte daño,
pero me lo acabo haciendo yo.
no merezco tu atención
Veo cómo te acercas mientras yo
todavía estoy recuperando el aliento (sigo creyendo que estabas escondido en un
adarve esperando mi llegada).
Nunca había visto a nadie caminar
tan grácil.
Me das dos besos que no espero y
me coges de la mano.
Mi estómago se hace un nudo
asfixiando a todas las mariposas que no deberían existir.
Te miro por el ángulo que queda
entre mis gafas: mueves la cabeza cada poco para apartarte el pelo y me entra
la risa.
De vez en cuando tú también me
miras y el nudo se aprieta mientras dos mariposas colisionan para formar una
tercera.
Nos paramos y me dices que me vas
a tapar los ojos y,
en el momento que tus manos tocan
mi pelo,
me desvanezco.
no merezco tu atención
¿Qué ha visto en mí?
Soy buena, pero
¿Qué ha visto en mí?
¿Por qué yo y no otra?
No soy guapa
¿Por qué yo?
Pido perdón
Recuerdo cada paso que he dado
para llegar hasta ti, cada lucha interna, queriéndote de manera incondicional a
pesar de que en nuestra relación casi siempre hemos sido cuatro
y no dos.
A mí, que me acompaña la
desconfianza desde el principio
porque supe que había alguien más a tu lado,
porque supe que había alguien más a tu lado,
y no sabía quién.
Ahora entiendo que nunca he
podido luchar contra ella
porque es la única que ha podido darte
porque es la única que ha podido darte
lo que tú creías necesitar
siempre a escondidas
mientras yo sigo sola.
Por no ser mejor que nadie
Déjame decirte que estoy agotada,
que desfallezco cada vez que mis pulmones cogen aire, que no puedo seguir
avanzando
con la carga y la culpa
la mía y la tuya
mientras observas a través de tu
crisálida.
Que esto es nuestro,
Que esto es nuestro,
aunque el miedo consiga que te
queme tocarme
y que no sepamos avanzar a través
del barro,
volviendo a un punto de encuentro
en el que había alegría y deseo,
en el que nos mirábamos
desnudándonos frente al otro como si aún no conociéramos todas y cada una de
nuestras partes.
Ningún texto podrá describir lo
bonito que era.
Pido perdón
¿Me quieres? Sé que sí, pero,
¿realmente puedes quererme?
Quieres estar conmigo, o eso
dices, pero ¿puedes estar conmigo?
Tenemos tantas cosas juntos que
no sabría ni por dónde empezar a distanciarme de ti.
No hace falta que me hables
por dejarme utilizar “Perdona (ahora sí que sí)”
y a @insidethepyramid por la imagen.